Se cumplen dos años del referendum que aprobó la salida del Reino Unido de la Unión Europea y los plazos para el Brexit definitivo apremian. Las negociaciones para saber qué consecuencias tendrá esa ruptura a nivel mundial para el sector de eCommerce continúan, en un escenario de cambio generalizado desde el punto de vista político, jurídico y económico.
El Brexit impactará directamente en los negocios de los países que afrontan la marcha del Reino Unido, a un lado y a otro del Canal de la Mancha. Preocupan las consecuencias, la previsible pérdida de atractivo comercial de uno de los mercados eCommerce más potentes y desarrollados de toda Europa, por eso los dueños de negocios de comercio electrónico vigilan los plazos sin descuidar la adaptación de sus tiendas a la nueva situación.
Y en este contexto de mudanza, ningún detalle es ajeno a los intereses del eCommerce, un sector en auge no solo en el Reino Unido, uno de los mercados más fuertes de la UE, sino en panorama mundial. El Brexit no puede suponer un paso atrás.
Brexit: será real en 2021
El 29 de marzo de 2019 Reino Unido abandonará definitivamente la UE. Tras su salida oficial, se abrirá un período transitorio de 21 meses que permitirá a las empresas seguir operando con total normalidad hasta el 31 de diciembre de 2020. Reino Unido ya no será un Estado miembro, pero mantendrá el acceso al mercado único y la unión aduanera.
Este acuerdo de transformación hacia el Brexit final aleja la posibilidad de una salida violenta que dejase a las empresas británicas sin acceso al mercado europeo de la noche a la mañana, pero no impide que tengan que ponerse a trabajar de inmediato para planificar su futuro con cierta tranquilidad y sin perder confianza.
Durante la fase de transición Reino Unido tendrá la posibilidad de poder negociar acuerdos comerciales con terceros países, una demanda del Gobierno de Londres para empezar a guiar su posición en la escena comercial global, con acuerdos bilaterales como el que le ofreció en el pasado el presidente de EE UU, Donald Trump.
A cambio, se compromete a aplicar la legislación comunitaria, incluso la que se apruebe después del 29 de marzo de 2019, y en ese caso, sin participar en la toma de decisiones en la UE. No tendrá voz ni voto pero deberá asumir los acuerdos y reconocer los mismos derechos a los ciudadanos que lleguen a territorio británico durante esos meses que a los ya residentes antes del 29 de marzo.
Toca prepararse para el futuro. Londres y Bruselas ya han empezado a negociar el acuerdo global para el Brexit definitivo, que entrará en vigor a partir de 2021. Los plazos son muy ajustados para definir las grandes líneas de relación en materia de seguridad, defensa, política exterior, cooperación judicial y comercio.
Gráfico: Gillian Handyside, Laurence Saubadu, Sabrina Blanchard y Sophie Ramis / AFP
Brexit: ¿qué se puede esperar en el eCommerce?
Ni al Reino Unido le interesa perder una parte fundamental de su mercado interior ni el resto de países quieren ver como se daña una relación comercial consolidada con una de las grandes potencias europeas del eCommerce. Todo dependerá del acuerdo de salida que sean capaces de negociar Londres y Bruselas en los próximos meses.
En el peor de los casos, Reino Unido asumiría trato de tercer país, perdería todos los beneficios de acceso sin restricciones al mercado europeo y los privilegios de relación con sus principales socios comerciales. Pero el Gobierno de Teresa May aspira al “acuerdo de libre comercio más amplio y profundo de mundo”, una solución a medida que, de momento, la UE le ha negado. No abrá ningún acuerdo especial ni trato de favor tras el Brexit si no aceptan el mercado único ni la unión aduanera.
La negociación para las condiciones del acuerdo de libre comercio está abierta. Nadie quiere perder pero tampoco podrá tener lo que quiere, así que se espera un pacto lo más amplio posible para llegar a todos los sectores y facilitar, en la medida de lo posible, que las mercancías circulen sin aranceles.
Brexit: consecuencias inevitables
Pese a todos los esfuerzos, la economía y el sector del eCommerce sufrirán dificultades y un retroceso que los comerciantes deben anticipar:
- Analizando qué papel juega el mercado del Reino Unido en su propio negocio.
- Tomando nota de cada decisión adoptada por la mesa negociadora.
- Preparándose para los cambios que serán definitivos en 2021.
1. Impuestos de aduanas e impuesto sobre el valor añadido sobre la importación
La consecuencia lógica. Las compras de clientes en Reino Unido hacia tiendas online españolas o de consumidores españoles en eCommerce británicos tendrán que pagar impuestos de aduanas e impuesto de valor añadido si se resuelven como transacciones transfronterizas. Esto, en pocas palabras, como mínimo, significa burocratización y encarecimiento de los procesos de venta. Las transacciones perderán interés, las entregas no serán tan eficientes y habrá retrasos por la posible retención en aduanas.
2. Los costes de internacionalización se elevarán
El aumento en los costes de exportación afectará principalmente a los dueños de pequeños y medianos comercios online ya que estos no tienen tantos recursos como las grandes empresas para desarrollar cooperaciones estratégicas bilaterales y hacer frente a los nuevos retos que implicaría esta separación. Si finalmente Londres no reconoce el mercado único europeo los costes se elevarán, así que los eCommerce con sede en el país deberán plantearse si reorientan su negocio al mercado nacional, abren una oficina fuera del Reino Unido o se adaptan a las exigencias de las nuevas condiciones de libre comercio que se negocien. Sufrirán las pequeñas empresas y las que mantienen fuertes lazos comerciales con el Reino Unido o con la UE, y lo tendrán difícil en términos de exportación/importación, cadena de suministros y outsourcing.
3. Amenaza a la protección de datos personales
Reino Unido ya no tendrá que seguir metódicamente los estándares de gestión y protección de datos establecidos por la Unión Europea y el gobierno comunitario podrá no incluirlo en la lista de países seguros. Hay toda una serie de legislación reciente vinculada a Internet que se ha hecho desde la Unión Europea que dejará de ser aplicable a Reino Unido.
4. Repercusiones en cuanto a legislación
Tras el Brexit, el Reino Unido tendrá que establecer sus propias leyes de regulación del eCommerce al no tener que depender de las normativas de la Unión Europea, lo que podría ocasionar desacuerdos jurídicos entre ambos territorios dificultando el comercio electrónico. Sería como vender a cualquier país fuera de la Unión Europea asumiendo todos los costes operativos y la burocracia.
5. Nuevo tribunal para desencuentros comerciales
En materia legislativa y judicial Londres insiste en que la “jurisdicción del Tribunal Europeo de Justicia debe terminar” aunque admite que le seguirá afectando porque esperan alcanzar “compromisos vinculantes” en determinadas áreas después del Brexit para poder acceder a los mercados de los Veintisiete. Con todo, apunta a un tercero, un tribunal externo, ni británico ni europeo, en el que poder resolver disputas comerciales.
6. Cambios en las políticas migratorias
También tendrán un efecto en los negocios. Y empresas como Amazon ya le han trasladado su preocupación al Gobierno de Reino Unido a través de una consulta dirigida al Ministerio de Interior ante el riesgo de huída del talento y la escaseza de trabajadores cualificados. La compañía de Jeff Bezos se compromete a seguir invistiendo en Reino Unido aunque duda de su capacidad para mentener el ritmo de crecimiento durante picos de mayor demanda, y señala otro punto crítico: los cuellos de botella logísticos en las entregas de pedidos durante períodos de gran consumo.
7. Variaciones de los tipos de cambio de las divisas
Aunque la mayor fluctuación y la gran caída de la libra esterlina frente al euro se produjo en el entorno del referendum que puso en marcha el Brexit en junio de 2016, la amenaza continúa y esto obliga a los negocios de eCommerce que trabajan con diferentes divisas a observar los ajustes motivados por este período de incertidumbre, a controlar las variaciones en los tipos de cambio, a revisar los precios para clientes y proveedores y a rediseñar la estrategia de fijación de precios para mantener el interés de los compradores y no sufrir un impacto insostenible.
Brexit: octubre, fecha límite
Y mientras los análisis no cesan, el vaivén de plazos continúa y todo parece provisional. De momento hay pocas certezas. Siguen las negociaciones y el mes de octubre anuncia otra cita decisiva. Es la fecha límite marcada por el negociador de la UE, Michel Barnier, para presentar un proyecto de acuerdo que defina el marco de la futura relación, que puedan votar tanto el parlamento británico como los otros 27 europeos. En términos de eCommerce, ¿validarán un acuerdo que garantice un comercio con las menores restricciones posibles?
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