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En los últimos meses se ha multiplicado el número de noticias publicadas en medios acerca del Internet of Things (IoT o «El Internet de las Cosas»). Una tecnología que permitirá que, en un futuro ya no tan lejano, todos los objetos se conecten entre sí, y sean capaces de detectar información y realizar acciones de forma autónoma y automatizada, gracias al flujo de datos vía Internet.

Internet de las Cosas, una realidad a muy corto plazo

Más que sólo un mercado «utópico», hoy el Internet of Things es una realidad: lo vemos reflejado en la consagración de las smart cities, por ejemplo. La otra ejemplificación sería la de los coches autónomos y conectados, que buscan incluir servicios de atención en emergencias. Y todo ello gracias a la conectividad.

Y es que, tan sólo en 2015, fueron más de 151.000 y 71.000 millones de euros, respectivamente, los que se invirtieron a través de estas industrias en el desarrollo del Internet of Things a nivel global. Lo cierto es que el mercado comienza a pintarse en forma de billetes para distintas empresas que participan en torno al Internet de las Cosas. Según un reciente estudio realizado por la consultora internacional IDC, el gasto a nivel mundial para la industria IoT crecerá un 17% anual hasta 2019.

Así, el Internet of Things pasará de mover más de 638.000 millones de euros -a día de hoy- a 1,18 billones dentro del periodo de sólo 4 años. Por su parte, el sector industrial y el de transportes serán los primeros en apostar e invertir en gran escala al IoT.

Asia liderará el crecimiento global del Internet de las Cosas

Sin embargo, el crecimiento del Internet of Things será muy distinto según los criterios geográficos. Asia se perfila a a ser el continente líder en el desarrollo -y por ende, gasto- del IoT en la vida ciudadana, concentrando más del 40% de todo el monto que se mueva en la industria.

Y aunque Europa y EEUU podrían ser los otros destacados en este asunto, invirtiendo sus esfuerzos en IoT hacia edificios inteligentes y el marketing, la región de América Latina sorprende por perfilarse con un gasto del 26% anual en el Internet de las Cosas durante los próximos años. En el particular caso de «LATAM«, el Internet de las Cosas se está buscando aplicar en el seguimiento del campo y labores agrícolas.

Por lo pronto, para todas estas labores, las grandes empresas informáticas ya se preparan para servirse un poco de la sopa. No podría quedarse atrás Google, que tiene en su laboratorio al proyecto «Brillo«. Se trata del nombre código del nuevo sistema operativo de Google -claro, basado en Android-, en el cual el gigante informático está trabajando duro para poderlo llevar a dominar el entorno del Internet de las Cosas.

Y tú, ¿Ya estás listo para afrontar un mundo de estas características? Comparte tu pensar. 

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