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Históricamente, la Unión Europea ha sido una aduana difícil para el mercado TIC y todo aquel asunto que tenga que ver con transferencia de datos e información. Esto se debe principalmente a las normas que le rodean, pues aunque la UE tiene ciertas directivas homologadas entre los distintos países miembros, cada uno sigue teniendo sus propias normas reguladoras en el comercio electrónico y el marketing online.

Qué es Safe Harbor

En esas normativas se incluyen aspectos clave de privacidad, protección de datos personales o leyes de protección de consumidores. Una de las más destacadas leyes o normativas llevaba por título “Safe Harbor“, que establecía de forma comparativa distintas protecciones estrictas para garantizar la privacidad de los ciudadanos europeos. Toda aquella empresa de un país dentro del listado “Safe Harbor” podía garantizar que se cumplían las políticas de protección de datos, incluso empresas digitales globales (con hosting con servidores fuera de Europa).

El fin de Safe Harbor

Eso terminó de ser realidad hace poco, cuando una sentencia de los juzgados de la Unión Europea puso fin a esta normativa, creando un grave problema para muchísimas empresas enfocadas en el marketing online. Esto es principalmente porque EEUU fue expulsado de esta lista; desgraciadamente, son muchas las empresas y servicios se alojan dentro de los servidores de EEUU y eventualmente generan contactos e intercambio de datos con Europa.

Sin embargo, la Comisión Europea consideró prioritario establecer una renovación para la transferencia de datos personales a EEUU, siendo esta la solución más completa para asegurar a largo plazo la privacidad de los datos personales transferidos.

La misión de Věra Jourová

Se podría decir, de esto modo, que se está planteando la creación de un «Safe Harbor II«. Será Věra Jourová, la comisaria europea de Justicia, la que se reunirá en Washington en fechas próximas con la secretaria de Comercio de EEUU, Penny Prtizker, para poder avanzar en las negociaciones.

Sin embargo, la representante de la UE tendrá que remediar más allá de negociaciones técnicas, pues el diálogo de EEUU ante las decisiones legales de Europa lee como «decepcionante» la decisión tomada, alegando proteccionismo en exceso contra las instituciones de la UE.

Por lo pronto, ahora que Safe Harbor ha sido declarado no válido por las instituciones judiciales europeas, la Comisión Europea ha tenido que intensificar las conversaciones con el gobierno estadounidense para asegurar que se cumplan todos los requisitos formulados por el tribunal europeo.

A final de cuentas, no será hasta el momento en el que se firme realmente un «segundo Safe Harbor» en el que las empresas de EEUU y del mundo confien de nueva cuenta en las alternativas que la Comisión Europea pueda proponer .

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