En un mundo donde la moda es efímera y las tendencias cambian constantemente, surgió Micolet, una tienda online de ropa de segunda mano que combina estilo, ahorro y sostenibilidad.
Micolet nació de una necesidad: la de dar una segunda vida a la ropa que ya no se usaba. José María del Moral, uno de los fundadores, se dio cuenta de que muchos tenían prendas en buen estado que estaban acumulando polvo en sus armarios. Junto a sus socios, vieron la oportunidad de crear una plataforma que permitiera a las personas vender sus prendas de forma sencilla y eficiente.
La empresa comenzó a operar en 2015 desde Bilbao como una iniciativa local, pero rápidamente se convirtió en un proyecto más grande. Con una inversión inicial de 3.000 euros, la plataforma creció hasta contar con dos almacenes y convertirse en una referencia en el mercado de la moda de segunda mano.
Micolet: de la moda local a la expansión global
Lo que comenzó como una iniciativa local y orientada a ropa de mujer, se transformó en una plataforma online internacional que comercializa también ropa de hombre y niño, y que abarca 7 países europeos. Micolet cuenta con más de 2,5 millones de usuarios y vende alrededor de 150.000 prendas al mes. España sigue siendo su mayor mercado, seguido de Portugal, Francia, Italia, Bélgica, Alemania y Polonia.
La empresa planea continuar su expansión en Europa y España, potenciando su ecommerce, pero también abriendo nuevas tiendas físicas y perfeccionando su propuesta omnicanal. Su enfoque en la sostenibilidad, la moda circular y la calidad de las prendas la ha posicionado como un referente en la industria de la moda de segunda mano.
Una de sus apuestas es una tienda física en el centro comercial Max Center, en Bilbao, donde ya cuenta con tres puntos de venta, el último de ellos abierto en junio de este año. En esta tienda, los clientes pueden encontrar más de 2.000 prendas de segunda mano de diversos estilos y precios, incluyendo piezas desde 0,99 euros, así como entregar sin coste su ropa usada para que sea puesta a la venta. Además del dinero que se obtiene por la venta de la ropa, los usuarios que llevan la ropa a los puntos de venta obtienen descuentos para compras online.
Imagen: Maxcenter.com
En el caso de los usuarios que quieren vender su ropa a distancia, Micolet cobra 4,95 euros por la recogida, asegurándose de que cumple con sus requisitos para ser aceptada y puesta a la venta. Una vez la empresa recibe la ropa, envía al usuario una valoración de la misma en un plazo de 5 semanas. Si acepta, es puesta a la venta. Si no, se le da la opción de donar la ropa o pedirla de vuelta.
Dentro de su tienda online, Micolet cuenta con prendas de marcas reconocidas como Zara, Bimba&Lola o Massimo Dutti, y en sus fichas de producto los clientes pueden ver detalles como el descuento aplicado a la prenda, el estado en el que se encuentra o el usuario que lo vende. De esta forma, los clientes pueden acceder a un minisite con todas las prendas puestas a la venta por parte del mismo usuario.
Esta iniciativa ha atraído a celebridades e influencers que confían en Micolet para vender sus prendas no utilizadas. Numerosos influencers y famosos, como Ana Milán, Soraya Arnelas y Alexandra Pereira, han optado por dar una segunda vida a su ropa a través de la plataforma.
Ocho años después de su fundación, la empresa cuenta con 110 empleados y se posiciona como una plataforma de referencia de venta de prendas de segunda mano, compitiendo con otras más asentadas como Vinted.
Mercado sostenible
Micolet es un defensor de la moda circular y el acercamiento a la sostenibilidad. Su misión es minimizar el impacto ambiental a través de la reutilización y la reventa de prendas de calidad. A medida que la conciencia sobre el cambio climático y la sobreproducción textil crece, la moda de segunda mano se ha convertido en una elección consciente para los consumidores preocupados por el medio ambiente.
La empresa también está abordando el problema del sobrestock de manera innovadora. Las prendas que no se venden se envían a plantas de reciclaje o hilaturas, creando así un canal de fin de vida de la ropa que reduce el desperdicio y maximiza los recursos.
Tal y como explican en su web: «Los compradores de marcas como Gucci o Louis Vuitton también compran y venden ropa en el mercado de segunda mano. Ambas prácticas que pudieron sufrir un estigma social en el pasado, hoy son una dinámica habitual en los armarios de las mujeres españolas y está motivada, entre otros, por una concienciación medioambiental sin precedentes».
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