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Nadie quiere que se le asocie a una cuenta spam de email. Sin embargo hay varias acciones que pueden llegar a convertir a tu marca en una auténtica generadora de este tipo de contenidos… incluso sin que te percates de ello.

Hay una cuenta spam de email por cada cuenta auténtica o humana

De hecho, vivimos en una era en donde casi la mitad del correo que se genera a nivel global es spam; los envíos excesivos, contenidos irrelevantes o el email marketing sin personalización son factores que llevan a más de un usuario a señalizar a diversas cuentas email como generadoras de spam.

He aprendido bastante acerca de este problema, y en lo particular hay 3 puntos que resultan ser claves a la hora de catalogar una cuenta spam de email.

1. HTML erróneo o corrupto

Es sin duda un error silencioso. La mayoría de las empresas poco profesionalizadas tiende a caer en este error; este «HTML corrupto» es el que se genera cuando el cuerpo del mensaje de la newsletter se encuentra estropeado o sucio.

Por ejemplo, esto sucede cuando se copia el contenido directo desde un editor de texto como Word, agregando de paso códigos y etiquetas que hacen que el mensaje se estropee y, eventualmente, impacte de manera negativa en la entregabilidad de la newsletter. Resolver este problema es sencillo, aunque drástico: utiliza plataformas profesionales de email marketing o pide ayuda.

2. Las palabras spam

Los servicios email analizan el contenido en su recepción, y si el asunto parece «sospechoso», la campaña se puede ir directamente a la bandeja de spam. Te recomiendo que evites ciertas palabras problemáticas, como «Gratis», «Urgente», «Sólo hoy» o «El más barato», además de otras obvias que tendrían que ver con acciones ilícitas, o aquéllas relacionadas con sexo.

3. Newsletter hecha a base de imágenes

Por último, esto es algo que se suele ver muy a menudo. Cuando se diseña una newsletter a base de imágenes puras y nada de texto, el servicio email puede categorizar esto como spam, pues en cierto modo no hay forma de identificar realmente el contenido (recordemos que la imagen, a menos que contenga un ALT Tag, es «ilegible» para los sistemas).

Para esto, te recomiendo que en la creación de tu newsletter lleves una proporción adecuada con respecto a las imágenes, que no lleguen a ocupar más del 40-45% de la composición total de la newsletter.

Espero que estas recomendaciones te hayan servido. ¡Evita a toda costa ser una cuenta spam de email! Y ya sabes, si necesitas, ponte en contacto conmigo.

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