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Predecir el futuro tiene sus riesgos, en especial si es un terreno tan controvertido como el de las criptomonedas. Hace unas semanas Craig Wright, un emprendedor australiano, se declaraba como el inventor de bitcoin. No es el primero. Las pruebas que ofreció no fueron contundes y aún se mantiene la incógnita sobre la identidad de Satoshi Nakamoto. Algunas fuentes manifiestan que Nakamoto no es una sola persona, sino varios brokers financieros vinculados a Wall Street y deseosos de poner patas arriba la economía global. Más allá de la curiosidad que alimenta esta identidad desconocida, el verdadero valor de bitcoin y otras criptomonedas  similares reside en la tecnología blockchain.

Blockchain explicado de forma breve

La tecnología blockchain («cadena de bloques») recoge todas las transacciones que realizan sus clientes, quienes reciben el nombre de nodos. De ellos, unos voluntarios llamados ‘mineros’ tienen acceso a una copia de la cadena de transacciones realizadas en sus computadoras, y son los que emiten las bitcoins.

Podemos considerar a los mineros como los testigos (lo que ahora hacen los bancos) de cada transacción (bloque), algo que ahora hacen los bancos; pero, con las criptomonedas su figura ya no es necesaria. Blockchain es una especie de libro de contabilidad descentralizado donde cada movimiento tiene un emisor, un receptor, una cantidad y además referencias de que ese emisor tiene respaldo suficiente para enviar. Esta tecnología sustenta a Bitcoin y otras criptomonedas.

Su aparición ha desatado una guerra de intereses entre mineros, entre compañías que gestionan criptomonedas y entidades financieras que desean su parte del pastel. Ahora, mientras lees este artículo, hay cientos de empresas en Londres, New York, Silicon Valley, Berlín y otras ciudades desarrollando nuevas aplicaciones corporativas y financieras para blockchain. El reto que tienen ante sí es mejorar la seguridad de blockchain, hacer que las transacciones se agilicen y ampliar “la capacidad” tecnológica para que sea accesible a un número mayor de usuarios.

Aplicaciones prácticas de blockchain y las criptomonedas

Probablemente has visto cajeros automáticos en España que aceptan criptomonedas. Existen casi una treintena de estos aparatos distribuidos por el país. Están limitados a 1.000 euros por operación y cobran comisiones de hasta un 5,9% por cada transacción. Estos cajeros se harán más populares en la medida en que se posicionen grandes corporaciones ante este fenómeno. JPMorgan, Microsoft,  Goldman Sachs, Santander, Deloitte e incluso entidades públicas trabajan para incorporar la tecnología blockchain en el ámbito financiero, en los procesos electorales, en la gestión de datos corporativos, etc.

En el ámbito de las tiendas online, encontrarás una pocas que aceptan el pago con bitcoins y son aún menos las tiendas físicas que están ‘experimentando’ con este sistema. Paypal ha creado una patente para introducir el pago con criptomonedas, mientras que el gobierno ruso planea presentar una criptomoneda nacional. Figuras tan influyentes en Wall Street como Blythe Masters, co-autora intelectual de las hipotecas subprime,  explica que «deberíamos tomar esta tecnología tan en serio como asumimos el desarrollo de Internet a principios de los años noventa». Mientras los nerds, los geeks, los curiosos atraídos por el olor del dinero y otros ‘ealy adopters’ corren a manosear las monedas virtuales encriptadas, la mayoría observa con expectación esta ola. ¿Cómo crees que influirán blockchain y las criptomonedas en nuestras finanzas personales?   Imagen: ShutterStock

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