ChatGPT ha demostrado ser útil para la creación de textos de cualquier tipo, y aunque el contenido generado por esta inteligencia artificial no es perfecto y puede contener errores, algunas personas han comenzado a usarlo para ahorrar trabajo y esfuerzo.
A consecuencia de esto, empresas, centros educativos o clientes pueden estar recibiendo textos que, en realidad, no han salido de una mente humana, aunque esta lo haga pasar como propio. Para solventar esta situación OpenAI ha decidido habilitar una herramienta que analiza si un escrito fue hecho por ChatGPT u otras inteligencias artificiales similares.
La herramienta ha sido denominada como clasificador de textos de IA y se dedica a predecir el nivel de probabilidad de que un texto haya sido generado por una IA a partir de varias fuentes. El detector puede arrojar 5 resultados diferentes y cada uno depende de su valoración: muy improbable, improbable, confuso, probable o muy probablemente generado por IA.
Por el momento, el clasificador de textos generados por IA está disponible de forma gratuita en la página web de ChatGPT. Para utilizarla solo se debe acceder a la web, pegar el texto que se quiere evaluar y presionar en «Submit». Tras terminar su análisis, el sistema arrojará un resultado basado en sus 5 categorías.
OpenAI explica que los textos deben tener al menos 1.000 caracteres, es decir de 150 a 200 palabras, para que puedan ser analizados de forma óptima por la herramienta. Así mismo, la empresa advierte que es probable que los resultados no siempre sean precisos debido a que el clasificador puede etiquetar de forma errónea un texto generado por una IA o escrito por un humano. También es posible que la herramienta no detecte si el texto fue generado por IA si el mismo fue intervenido o editado por un humano.
En textos en inglés, el clasificador «identifica correctamente el 26% del texto escrito por IA (verdaderos positivos) como «probablemente escrito por IA», mientras que etiqueta incorrectamente el texto escrito por humanos como escrito por IA el 9% del tiempo (falsos positivos)«. Tal y como se explica en el blog de OpenAI.
“El uso que pretendemos dar al clasificador de textos de IA es fomentar el debate sobre la distinción entre contenidos escritos por humanos y contenidos generados por IA. Los resultados pueden ayudar, pero no deben ser la única prueba, a la hora de decidir si un documento ha sido generado con IA. El modelo se ha entrenado con texto escrito por humanos procedente de diversas fuentes, lo que puede no ser representativo de todos los tipos de texto escrito por humanos”, advierte OpenAI.
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