Hace algunos años, el sector de reparto de comida a domicilio se encontraba restringido a pedidos por teléfono, dentro de una zona determinada y por lo general eran lentos y no muy fiables. La tecnología actual y el surgimiento de startups como Deliveroo o Glovo han permitido que empresas de restauración de cualquier tamaño y prácticamente en cualquier lugar, ofrezcan a sus clientes el servicio de recibir sus pedidos en su casa, oficina o donde lo requieran. Incluso en muchos casos, más allá de la comida.
Sin embargo, este nuevo modelo laboral ha traído consigo una guerra jurídica en la que se busca aclarar si los riders (repartidores de estas compañías) deben ser considerados como autónomos o asalariados, un problema que si bien se presenta en varios países alrededor del mundo, se ha acentuado en los últimos meses en España.
Si bien el llamado delivery es un negocio en auge, los inmensos cambios que presentan las plataformas de servicios digitales representan un hándicap para los legisladores, quienes además no han sido muy ágiles en su regulación.
El avance en las plataformas digitales, lejos de disminuir, continúan avanzando rápidamente, tanto así que pronto los riders podrían desaparecer y en su lugar se comienza a entregar con robots en algunas partes del mundo.
Postmates amplía sus pruebas de entrega con robots sus pedidos
Postmates es un servicio de entrega a domicilio y rival de Deliveroo o Glovo, que opera desde 2011 en Estados Unidos, y que, asociada con Starship Technologies, desde enero de 2017 comenzó las pruebas de entrega con robots sus pedidos con una flota llamada Serve Robots en Washington DC, Estados Unidos.
Ahora, esta iniciativa con robots de entrega que de acuerdo a la compañía, pretenderá “trabajar en conjunto con la flota de repartidores existente de Postmates con el fin de realizar entregas pequeñas en distancias cortas de forma más eficiente”, comenzarán a operar también en la ciudad de San Francisco, California.
Cada robot de Serve puede transportar aproximadamente 23 kilos en un recorrido de hasta 40 kilómetros, además Postmates cuenta con un “piloto humano” que monitorea de forma remota las flotas de Serve, mientras que cada unidad cuenta con un botón de ayuda, pantalla táctil y vídeo chat para que los clientes o transeúntes lo utilicen de ser necesario.
Y Postmates no es la única compañía que está probando este nuevo servicio de entregas. Marble, una compañía dedicada a desarrollar robots terrestres se alió con Yelp, y han probado la entrega por medio de robots desde 2017.
Just Eat, la app de entregas que nació en Dinamarca en 2011 y ahora está presente en 13 países, también es parte de la innovación en el delivery, ya que lleva un par de años realizando pruebas de entregas con robots, específicamente en las calles de Greenwich, Londres.
Si bien esta fue solo una prueba de Just Eat, la compañía espera que “en un futuro no muy lejano, el reparto a través de botos sea una realidad”, ya que al 59% de los usuarios les gustó que su pedido lo trajese un robot, de acuerdo a una entrega realizada en las redes sociales de la compañía.
Just Eat y Starship Technologies apuestan por un sistema de entrega con robots autónomos
Startups de delivery buscan una solución a los problemas de regulación en España
Mientras tanto, España sigue viviendo la lucha entre la Seguridad Social y las plataformas digitales de reparto.
En su primera batalla, el Juzgado de lo Social n° 19 de Madrid, dictó sentencia en el juicio contra Deliveroo, y consideró que los repartidores o riders de Deliveroo no son autónomos sino asalariados, al basarse en que la empresa organiza y controla el trabajo de sus riders, quienes pueden ser penalizados debido a su desempeño si es que deciden rechazar envíos. A pesar de ello, Deliveroo alegó que sus riders ejercen el trabajo como autónomos y que son libres de prestar sus servicios a cualquier otra empresa.
Este conflicto pone en manifiesto que al no existir la figura del autónomo a tiempo parcial, el mercado de la economía colaborativa encuentra complejo encajar en alguno de los modelos de relación laboral establecidos en el país, mientras otros países como Francia o Italia ya han logrado regularlos, otorgando ciertas garantías a los trabajadores, al mismo tiempo que las plataformas obtienen la flexibilidad necesaria para atender la demanda de sus clientes.
En cualquier caso, la ausencia de regulación específica será perjudicial para cualquiera de las partes, y mientras tanto la tecnología seguirá avanzando.
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Imagen: TechCrunch
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