La creatividad, o más bien su búsqueda, se ha convertido desde hace unos años en uno de los mantras de las empresas líderes a nivel mundial: un factor clave para ayudar a diferenciarse de sus competidores, obtener nuevas ventajas competitivas y adaptarse mejor a las necesidades cambiantes de sus clientes. Sin embargo, todavía queda un gran número de empresas y empresarios que no han sabido (o querido) apostar por la creatividad. Para analizar esta situación y, sobre todo, qué papel debe jugar este tipo de habilidades en el actual mundo digital, hemos hablado con Elba Pedrosa, consultora de empresas, formadora y, sobre todo, apasionada por la creatividad.
Entrevista a Elba Pedrosa
Empecemos por el principio: ¿qué es para ti la creatividad?
Es una habilidad de las personas para sobrevivir, para avanzar, para desarrollarse. La creatividad es tan básica y tan intrínseca como comer, leer o caminar.
¿Se puede aprender a ser creativo?¿Crees que nuestro sistema educativo potencia como debería la creatividad?
La neurociencia, que impregna ya casi todas las disciplinas de esta era del cerebro, ha confirmado la neuroplasticidad cerebral. Así que podemos aprender por lo menos hasta avanzados los 90 años. Lo que también está demostrado es que el aprendizaje no es igual a cualquier edad, ni la intensidad de los circuitos, ni la velocidad de las conexiones. Esto quiere decir que cuanto antes empecemos a pensar de la manera adecuada, será mejor en un futuro.
Creo que en la mayoría de los colegios se trabaja de manera casi exclusiva la memorización y el pensamiento lógico, en detrimento de otros tipos de pensamiento que inciden de manera favorable en la creatividad, como el pensamiento divergente, la imaginación, el pensamiento crítico… La clave está en su combinación. En los colegios nos acostumbramos a cumplir normas, asumir comportamientos estandarizados, responder de manera reproductiva y en general, a disfrutar poco de lo que tenemos al alcance. Nos alejamos de la realidad a la que después tendremos que enfrentarnos.
Algunas escuelas de negocios y universidades comienzan a despertar en los alumnos la actitud emprendedora a los 18 años; pero vamos despacio. Además, esta actitud debería de forjarse antes, en los colegios. Es fundamental la labor de concienciación de los profesores para que el sistema promueva empresas y trabajos que nos llenen. No están distantes el mundo de la escuela y de la empresa; deberían ser aliados.
¿Cómo crees que han afectado, potenciado o cambiado la forma de entender la creatividad la popularización de las apps o las redes sociales?
La conexión entre las personas, su comunicación, es imprescindible para poder interactuar en este mundo y para que tenga lugar y razón de ser la creatividad. Solo en este sentido de interacción, las redes y apps la favorecen y potencian. La conexión de personas genera conexión de ideas, conocimiento. Esto es creatividad pura.
Pensar conectando es pensar de manera creativa. (Cito por ejemplo Story Cubes o la app de los gallegos Creappcuentos, miles…) Y por supuesto, toda la amplia red de emprendedores que trabajan en el desarrollo de aplicaciones; ellos saben alternar muy bien el pensamiento para dar valor a sus ideas. Tener ideas que no estén focalizadas en las necesidades de los usuarios reales no tendría valor y esto los creadores de apps lo saben e investigan mucho en esta etapa creativa. Así que diría que la popularización de apps y redes ejerce una influencia retronutriente.
¿Es más fácil o más difícil ser creativo hoy en día, con todas estas herramientas digitales a nuestro alcance?
Creo que la digitalización a la que hoy tenemos acceso todos es un acicate para la sociedad, desde niños en escuelas hasta personas en empresas. Es un elemento que favorece y facilita la democratización de las ideas porque sin duda que son herramientas de trabajo para la creatividad. Por supuesto habría que hacer un llamamiento al uso responsable, como todo, porque vivir enganchados a algo, sea lo que sea, no es bueno porque nos limita. Incluso lo que no es nocivo per se, puede convertirse en nocivo con un mal uso o consumo.
Pero insisto, la creatividad estaba ahí desde siempre aunque ahora tal vez sea más necesaria que nunca.
¿Crees que las empresas valoran debidamente la importancia de la creatividad en sus equipos o sigue viéndose como algo propio de sectores determinados (arte, publicidad, etc)?
El mito de «la creatividad es solo de genios» o «la creatividad pertenece al universo artístico», son mitos. Más que nunca es necesario dar respuestas no solo ágiles, sino diferentes y con valor, porque todos sabemos cómo se mueve la bola de rápido. Si las empresas permanecen con una actitud estática, con una misión única y una cultura que no favorece el cambio, lógicamente se quedarán siempre en ese mismo sitio.
Pero hay muchas empresas que mientras avanzan, cambian de estrategia y generan soluciones más adaptadas a los usuarios. Hay que luchar por dar la mejor respuesta al cliente, la respuesta óptima y no racanear con una solución más… Para construir esta ventaja estratégica las empresas tienen que fomentar no solo la inversión y la investigación, el I+D+i, sino también favorecer la generación de ideas, el bienestar,la prueba, por ejemplo.
La parte del proceso de innovación que incluye la creatividad está infravalorada en las empresas porque suena a fiesta, a motos, a humo. A los empresarios les cuesta entender que las personas necesitan divertirse para crear. En el trabajo estamos acostumbrados a producir pero sin muchas fiestas porque es trabajo. Es normal, son muchos años de costumbre. Sin embargo el cerebro funciona mejor y es más creativo cuando nos lo pasamos bien, cuando estamos alegres, incluso eufóricos. En esos momentos que no hay nada que nos debilite, es cuando tenemos mejores ideas y tomaremos mejores decisiones. La creatividad es la clave para que pueda surgir innovación. Si no está en el ADN de la empresa, de sus directivos, no habrá innovación profunda.
¿Qué deben hacer las empresas para hacer de la creatividad un factor de diferenciación respecto de su competencia?
Confiar en los empleados como auténticos embajadores de su propia empresa. Crear entornos de confianza en los que se encuentren tan bien que su motivación aumente: habilitar espacios para crear, fomentar la flexibilidad, potenciar la comunicación interdepartamental, premiar el error, fomentar lo lúdico, favorecer el ejercicio físico y el contacto con la naturaleza, inspirar en todos los sentidos…
Así, desde ese entorno se puede comenzar a favorecer la creatividad de cara a la innovación, también dotando de herramientas y de metodología y de disciplina. La diferenciación estratégica derivará de la creatividad del grupo y del desarrollo de herramientas para incentivarla.
Hasta hace poco parecía que la creatividad sería la frontera que siempre marcaría la diferencia entre la inteligencia humana y la artificial. Sin embargo, cada vez hay más ejemplos de lo que se ha denominado “creatividad artificial” en la que las máquinas, poco a poco van dando pasos hacia la creación de obras originales. ¿Puede considerarse eso creatividad?¿Llegará un momento en el que no haya diferencias entre personas y máquinas en este campo?
Tanto en la generación de ideas como en la evaluación de estas, hay un factor emocional que incide de manera única en cada persona, no solo a nivel sensorial y perceptivo, sino también en los almacenes de memoria, a nivel cognitivo, conductual. Este factor condiciona todo el proceso de pensamiento creativo y nos hace generar ideas y percibirlas de manera exclusivamente humana, con sus repercusiones.
Hace poco un robot en China escribía un poemario. Por curiosidad podríamos leernos un libro, para fundamentar la opinión y por abrir mente; pero ¿puedes disfrutar con la creación artística de una máquina, un ente carente de emoción, que es el componente fundamental de la creatividad artística? La creatividad artística tiene como fin emocionar al que contempla la obra y como medio, expresar las emociones del artista. En este caso de la creatividad artificial hay patas que no funcionan de manera satisfactoria. Creo que reproducir el sistema límbico de manera artificial sería algo así como destruirlo. La emoción no es posible en los robots.
Tienes una amplia experiencia como formadora: ¿cómo te imaginas el futuro de la formación?¿Es completamente sustituible el factor humano en la enseñanza?
Me la imagino por completo digitalizada e hipercustomizada a la carta de cada uno. Una educación muy libre en la que cada persona construye su puzzle según necesidades, gustos, intereses…Ya lo estamos haciendo así, picando de lo que nos interesa. Nos falta una certificación de todas esas charlas que vemos en Youtube o todos los artículos que estudiamos en el tren desde la tablet. Muy accesible gracias a la conectividad.
Pero sí que tengo dudas en cuanto a la ausencia de este factor humano y emocional que marca cualquier proceso cognitivo. Desde mi punto de vista es insustituible por completo en la formación. La actitud de las personas, por ejemplo, tan importante también en el ámbito del aprendizaje, es modificable; pero sin la incidencia del contacto humano es mucho más difícil y esto afecta enormemente a la motivación.
Puedes tener muchas habilidades pero tal vez no tengas capacidad porque tu actitud no es la necesaria. Creo que online será difícil trabajar temas de este tipo.
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