Cuando de pequeña me preguntaban qué quería ser de mayor, no solía responder nada ostentoso como astronauta: tenía claro que quería ser cajera. Me imaginaba pudiendo estar todo el día contando y calculando el cambio. Me parecía el trabajo de mis sueños. Pero conforme me hacía mayor vi que había más trabajos en los que podía sumar y restar y fui viendo que los números eran más allá que sumas y restas, que realmente pueden contar historias. También descubrí que existía el teletrabajo. Empezó a alucinarme que hubiese personas trabajando desde su casa o en cualquier punto del mundo, así que me puse a investigar y así descubrí el maravilloso mundo del sector digital: un universo todavía en definición liderado por gente joven con ganas de cambiar las cosas y fomentando un entorno laboral flexible. Acabé el grado de Economía y, tras unos meses trabajando en startups por Europa como analista digital, decidí estudiar el máster en marketing digital de EDEM, con la intención de especializarme en el análisis de datos digitales.
El acercamiento al análisis de datos
Lo que más me llamó la atención del análisis de datos digitales fue el poder medir con bastante exactitud el comportamiento de los usuarios y poder accionarlos rápidamente. En cualquier otro sector, la recogida de datos es complicada, sesgada e incompleta. Puedes tener datos sobre cuántas personas entran a una tienda o qué productos han comprado, pero es difícil saber qué productos han visto antes de elegir el que comprarían, qué estaban buscando, cómo han conocido la tienda… Todas estas preguntas tienen una respuesta sencilla cuando pasas al mundo digital. Y además, una vez das con la respuesta, cambiar una campaña de marketing o el diseño de la web es algo totalmente alcanzable. Todo esto lleva a un cambio de mentalidad bastante refrescante: nos hace evolucionar a un mundo en que el que las decisiones están basadas en los datos que hemos analizado, no solamente en el criterio de ciertas personas. Saber combinar el criterio de quienes más saben con los datos que tenemos es el gran reto (y para mí de lo más bonito) de esta profesión.
El proceso de aprendizaje de una analista digital
Es complicado acabar siendo una experta en este sector, ya que no todas las empresas tienen los recursos o el volumen de datos como para tener la necesidad de contratar a una analista. Además, como todas las profesiones “nuevas”, decidir dónde te vas a formar es lanzarte a la piscina sin saber si hay agua, ya que las escuelas no tienen mucho recorrido. Yo tenía claro dos condiciones mínimas a la hora de elegir: que los profesores fuesen profesionales en activo y que me diesen facilidades para realizar prácticas durante los estudios. Esta combinación es fundamental para ir pudiendo romper mano y así poder conectar con los profesores de una manera más profesional.
En EDEM pude hacer prácticas en Lanzadera, lo que me proporcionó el conocimiento suficiente para poder entender cómo funciona el mundo laboral y cómo es de verdad el día a día de una analista. Esto a su vez me ayudó a poder conectar con diferentes profesores a los que yo admiraba profesionalmente, lo que me llevó a acabar el máster con dos ofertas de trabajo: en una de las consultoras con mayor crecimiento de España y en el ecommerce de una marca de moda internacional.
Desde redes sociales hasta marketing automation
Opté por la segunda opción y una vez allí me di cuenta de cómo el máster me había servido para mucho más que los contactos: aunque yo tuviese claro que iba a dedicarme al análisis de datos, estudiar todos los módulos me ayudó a tener una visión 360 de todo el mundo digital: desde redes hasta mk automation. También me ayudó el haber estudiado temas más técnicos como cómo montar un Ecommerce, cómo definir una estrategia de posicionamiento orgánico o incluso qué tener en cuenta a la hora de escribir una política de protección de datos. Una vez estás en este mundo ves que tu pensamiento crítico y tus estudios son necesarios, pero también el manejo de herramientas que están en constante evolución, por lo que una base de nuestro trabajo es mantenernos actualizados de todos los cambios: desde la política de privacidad de cookies hasta la nueva versión de Google Analytics.
A día de hoy trabajo como consultora de análisis de datos digitales, rodeada de un equipo multidisciplinar que me permite crecer día a día (¡y también teletrabajar!). También busco inspirar a futuras analistas, trabajando como profesora de Análisis Digital en diferentes escuelas de negocios. Si algo me ha enseñado el máster y mi trabajo es que en este sector nunca se deja de aprender, así que sigo volviendo a algunas clases de EDEM para no dejar de formarme, manteniéndome al día de las últimas novedades, ya que el máster se actualiza año a año con los últimos cambios y tendencias del marketing.
Los nuevos desafíos de la analítica digital
Ahora mismo estamos muy centrados en desarrollar estrategias de datos centradas en datos de primera parte para dejar de depender de las cookies, a la misma vez de tener la oportunidad de generar experiencias de usuario más personalizadas con cruces de datos de diferentes fuentes. Eliminar las cookies de nuestra recogida de datos, campañas, audiencias… va a ser un gran cambio de paradigma y va a darle la vuelta a la manera de la que trabajamos en el sector digital, desde una analista hasta una community manager. Es tan grande el cambio que Google lleva meses posponiendo su compromiso de dejar de recogerlas. Por suerte, durante este tiempo de reacción van surgiendo alternativas que nos permitirán hacer estrategias incluso más eficaces que aquellas conseguidas con los datos de tercera parte. Con herramientas como un CPD, cruzando todas las fuentes de datos de primera parte en un mismo lugar, realizamos análisis de alto nivel que se pueden activar fácilmente desde la misma herramienta.
Foto: Depositphotos
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