Sólo en la primera mitad de 2015, las startups españolas consiguieron 2/3 del total de capital invertido en 2014: 200 millones de euros en sólo seis meses que probablemente se doblarán en la segunda mitad del año hasta superar los 500 millones por primera vez en la historia del sector de las startups españolas de tecnología.
Mientras esto es ciertamente alentador desde el punto de vista de las startups españolas, además de un signo de madurez del sector, las firmas de capital riesgo están también aprovechando los vientos favorables para captar nuevos inversores. Y lo están haciendo muy rápido, gracias en parte a los fondos públicos.
Desde 2014 al menos 14 fondos españoles de capital riesgo han recibido nuevos fondos, totalizando 400 millones de euros. Esto es casi la misma cantidad que el total de capital invertido en startups españolas en 2013 y 2014 juntos (464 millones de euros)
2014 y 2015: Más dinero para startups españolas
En 2014 Axon Partners Group lanzó dos fondos, uno para startups en sus primeras etapas (10 millones) y otro para el crecimiento de startups españolas (45 millones) y tanto Caixa Capital Risc como Cabiedes & Partners lanzaron uno cada uno, de 20 y 24 millones respectivamente.
En 2015 han surgido nuevos fondos de firmas con gran tradición en el sector (Qualitas, 60 M € y Nauta, otros 60, que se espera que crezcan hasta alcanzar de 100 a 150 millones, dedicados al crecimiento), así como firmas de capital riesgo recientemente creadas como Hotusa Ventures (sector turístico), Samaipata Ventures (20 M€), Carlos Blanco (20 M€), Javier Santiso (se desconoce cantidad) y Galdana Ventures (150 M€), así como nuevos fondos de Kibo Ventures y Vitamina K que están preparándose y serán anunciados pronto.
En total, esto representa alrededor de 400 millones de euros de capital fresco para ser invertido en startups españolas.
Mientras algunas firmas como Axon o Nauta tienden a invertir fuera del país, la mayoría se han concentrado hasta ahora en las startups españolas. Gran parte de las firmas apoyan usualmente a compañías en sus etapas más tempranas (inversiones conocidas como ‘capital semilla’ y ‘capital serie A’) con sólo unas pocas con suficiente capital disponible para para ir más allá (etapas de capital ‘serie B’, ‘serie C’ y ‘crecimiento’).
Algunos inversores dicen que todavía hay una gran oportunidad en España para inversiones de 1,5 millones de euros o mayores. Por contra, otros dicen que es complicado encontrar compañías sólidas en etapas de crecimiento que merezcan inversiones sustanciales.
Se podría argumentar que todo este capital riesgo español debería servir para liderar las rondas de financiación, pero por otra parte también es cierto que determinadas startups españolas quieren tener inversores internacionales a bordo (el capital riesgo americano e inglés supuso más del 50% del total de la inversión en startups españolas en el primer semestre de 2015) para potenciar sus planes de expansión internacional.
Lo que nos lleva a la pregunta ¿dónde se va a colocar todo ese dinero?
Parece como si en los pasados dos años la cantidad de capital disponible se hubiera incrementado más rápidamente que el número de startups españolas creadas. Mientras que es cierto que las que se fundaron entre 2010 y 2012 empezarán pronto a atraer grandes inversiones, todavía está por ver si el desequilibrio entre oferta (€) y demanda (startups)continuará en el futuro y cómo afectará esto al mercado.
No es de extrañar que algunos inversores españoles se quejen de que las valoraciones son demasiado altas para las startups españolas en sus primeras etapas. Con todo ese dinero disponible, ¡por qué pedir menos?
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